¿Cómo lograr un equilibrio entre infancia y pantallas y la relación que los menores, nuestros hijos y nuestra hijas, tienen con la tecnología? ¿Y en qué consiste ese equilibrio? ¿La mejor solución es decirles que no utilicen el móvil, Internet y las redes sociales?
De estos y otros muchos temas hablé en el taller “Infancias y pantallas” de Faro Digital, organización no gubernamental dedicada a la investigación y educación en un uso reflexivo de las tecnologías digitales entre los más jóvenes, con sede en Argentina y España.
Durante la sesión conversamos sobre varias de las cuestiones que abordo también en mi libro “Redes sociales y menores. Guía práctica”, que son recurrentes a la hora de plantear la búsqueda del equilibrio en la educación digital de los menores.
Os dejo aquí un pequeño extracto y al final del post el vídeo completo de la sesión con Faro Digital.
Edad de uso del móvil y de Internet entre los menores
A los diez años, uno de cada cuatro niños y niñas españoles tiene móvil y el 87% utiliza Internet (porque también tienen acceso a ordenador), según es estudio «Actividades, mediación, oportunidades y riesgos online de los menores» elaborado por EU KidsOnline (con datos anteriores a la pandemia). A los 15 años, prácticamente todos tienen móvil propio (el 94%), utilizan Internet (el 98%) y usan ordenador (el 94%). Algunas preguntas habituales en torno estos datos suelen ser:
¿Cuándo empezar a enseñarles a utilizar la tecnología?
Cuando empiezan a tener contacto con ella, es decir, cuanto antes. No hay una “edad de inicio”, porque la tecnología, el entorno digital, nos rodea (a los adultos y a los niños) en acciones que ya son cotidianas: cuando compramos online un regalo, cuando consultamos una información en Internet, cuando recibimos un mensaje por WhatsApp.
Situaciones que podemos y aprovechar para mostrarles a nuestro hijos cómo detectar si una web cumple los requisitos de seguridad para realizar un pago online, si una noticia es falsa o un bulo, o cómo identificar si un mensaje que hemos recibido por WhatsApp es engañoso y pretende descargarnos un malware cuando hagamos clic en él.
Para eso, claro, primero debemos aprender los adultos
¿Cuándo darles su primer móvil?
De nuevo, no hay una edad determinada, porque no depende del carnet de identidad, sino de la madurez del niño o de la niña y la capacidad que los padres tengamos para acompañarles en el uso del dispositivo.
En cualquier caso, el teléfono móvil no debería ser ni un premio (“te lo compro porque has sacado buenas notas”) ni un castigo (“te lo quito porque te has portado mal”). Y su uso debe estar pactado en familia, con una normas acordadas (e incluso puestas por escrito), que incluyan también cuándo y por qué el dispositivo puede ser retirado.
Tampoco es preciso darle un dispositivo de última generación con datos ilimitados, y la WiFi no es un derecho universal. El móvil cuesta dinero (y deben ser conscientes). Y un detalle: cuando avanza la adolescencia, los padres y madres dejamos de ser los referentes (es ley de vida). Aprovechemos, por tanto, cuando aún lo somos.
El tiempo de uso de Internet entre niños y niñas
El tiempo que niños y niñas pasan en Internet se duplica de los 9-10 años a los 15-17 años. Entre los 9 y 10 años dedican unas dos horas diarias; cuando llegan a la adolescencia, no baja de las cuatro horas. Son datos, además, de “antes de la pandemia”: el confinamiento ha disparado la exposición de adultos y menores a pantallas e Internet. De nuevo, aparecen dudas:
¿Cuánto tiempo máximo es recomendable?
La Asociación Americana de Pediatría aconseja que hasta los 18 meses los bebés no tengan ninguna exposición a pantallas (excepto, por ejemplo, en videochats con la familia). Hasta los cinco años conviene limitar el uso a una hora al día y a partir de los seis años recomienda establecer un límite de tiempo coherente.
Ahora bien, más importante que el “tiempo de uso” de Internet, móvil o redes sociales, es “qué hacen” allí. Si limitamos el uso en función del tiempo, ¿limitamos también el tiempo dedicado a estudiar online? Más que el “cuánto”, lo importante es el “para qué”. ¿Para qué se conecta y qué hace? ¿Aprende, se inspira, busca información? ¿O es un consumidor pasivo de lo que otros están difundiendo?
Hay que averiguarlo.
¿Cuándo el exceso de tiempo de conexión se puede considerar adicción?
Nunca. La Organización Mundial de la Salud no reconoce la “adicción a Internet” (ni a los móviles ni a las redes sociales). No existe como enfermedad, no es una patología (aunque sí reconoce el “trastorno por uso de videojuegos”). No se puede ni se debe hablar por tanto de adicción, aunque sí de uso abusivo, intensivo o excesivo de Internet y dispositivos tecnológicos. Para cuantificar ese concepto, vuélvase a la pregunta anterior.
Comunicarse con familiares y amigos es la principal actividad online de los menores
Cuando a los chicos y chicas de entre 9 y 17 años se les pregunta qué hacen online, las repuestas muestran que, sobre todo, dedican el tiempo a comunicarse con familiares y amigos. También los adolescentes. Más que escuchar música, ver vídeos o jugar online, cuando están online lo que hacen es comunicarse.
Comunicarse, no aislarse. Conectarse a Internet, chatear con el móvil, entrar en redes sociales, no necesariamente implica aislamiento, sino al contrario. Cierto es que hace 30 años las formas de comunicación no se establecían online. Pero eso era hace 30 años, no ahora.
Debemos entender el entorno en el que se desenvuelven nuestros hijos e hijas, su realidad, para a partir de ella (y no de lo que fueron “nuestros tiempos”) guiarles y acompañarles.
En eso consiste la educación digital.
Os dejo aquí el vídeo completo del taller “Infancias y pantallas” que realicé con Faro Digital, por si os resulta útil. Estaré atenta a vuestras opiniones en los comentarios de este post. Podéis encontrar más información y consejos en mi libro «Redes sociales y menores. Guía práctica«.
Gracias a Freepik por la imagen de portada
8 Comentarios
Es muy importante moderar el uso de las pantallas como mencionas con nuestros hijos, ya que ala larga esto puede afectar de manera significativa tanto su salud como el socializar con las demas personas, gracias por este post saludos.
Gracias a ti por visitar mi blog!
Cada vez somos mas conscientes de la importancia del control parental en cuanto al uso de la tecnología en niños y post como este lo corroboran.
Enhorabuena por tu blog!
Hola Francisco, solo una matización: más que «control parental», yo prefiero hablar de «mediación parental». Son conceptos diferentes. Un saludo, y gracias por visitar mi blog!
excelente blog!
sin duda alguna, las redes sociales nos consumen día a día y afectan a nuestros hijos para que puedan socializar. este es un tema que debe tratarse y de verdad estoy encantada con tu explicación. saludos!
¡Muchas gracias Eva! Me alegro de que te haya resultado útil el artículo!
Muchísimas gracias María. Hasta ahora leo tu post y descubro tu blog. Una maravilla.Lo comparto con la pequeña comunidad de familias que forman parte de Mientras Creces, una iniciativa periodística para fomentar el diálogo en familia a partir del abordaje de la actualidad. Voy directa a encargar tu libro y en breve te escribo. Muchas gracias por compartir tu conocimiento.
¡Gracias a ti Olga por visitar mi blog y por interesarte por mi libro! No conocía Mientras Creces, gracias por referenciarlo!!