Reconozco que he llegado a oír hablar de transformación digital en contextos muy poco digitales, y menos aún con ánimo de transformar (si acaso, evolucionar un poco). A veces, me ha dado la impresión de que se ha esgrimido como excusa para defender una inversión en tecnología (o en consultoría) porque resultaba así más convincente. He escuchado y leído múltiples definiciones, algunas cuajadas de tecnicismos insondables, de los que resultan difíciles de asimilar.
Por eso, y aún a riesgo de no aportar más que brasas al debate, hoy te traigo lo que para mí es, o debería ser, el decálogo para la transformación digital empresarial.
10 claves para la transformación digital en la empresa
1. La transformación digital afecta a todos los sectores y organizaciones
No importa el tamaño de la empresa o institución ni su área de actividad. No es una cuestión que incumba sólo a las empresas “de Internet” ni “de tecnología”. Es un proceso transversal, que impacta en todos los sectores económicos (aunque no con la misma velocidad) y que incide directamente en la competitividad empresarial y supone un cambio en el modelo de negocio. Y cuanto antes se asuma, mejor.
2. Esta transformación da lugar a un entorno económico en continuo cambio
Que exige a la empresa una constante adaptación. Ya no hay metas, no hay puntos de equilibrio. Y esto requiere repensar estructuras, servicios, productos, aprender a moverse en una economía abierta, con numerosos agentes disruptivos y ciclos cada vez más cortos, en los que el periodo vital de las empresas corre el riesgo de acortarse cada vez más.
3. El conocimiento ya no es tributo de unos pocos, el conocimiento es compartido
Y se difunde en estrella, de unos pocos a muchos y viceversa. Por tanto, la clave no es ya cuánto sabe cada profesional, sino cómo se gestiona internamente el conocimiento de forma colaborativa para maximizar el beneficio colectivo dentro de la organización.
4. Las aptitudes son clave
En un entorno en constante innovación, es esencial aprender a adquirir nuevas competencias y conocimientos, y no necesariamente de forma reglada: las profesiones más demandadas del futuro quizás aún no existen, por tanto: ¿cómo estudiarlas?
5. La transformación digital debe estar impulsada, respaldada, alentada y promovida por la dirección de la empresa
No se trata de un cambio “de abajo a arriba”, sino a la inversa. Porque para que sea real y efectiva, debe contar con un liderazgo claro capaz de impregnar a toda la organización. Y en esto, la escasa “afinidad digital” de la mayoría de los directivos suele ser un lastre.
6. La digitalización acelera la globalización
Por eso, la internacionalización empresarial no es ya una opción, sino una obligación. Pero esa globalización, a su vez, está condicionada por contextos jurídicos, normativos, sociales y territoriales muy diversos. Por tanto, a la visión global hay que añadirle la necesaria “capa” local: urge “glocalicar”.
7. Se redefine la relación con el cliente, públicos objetivos y stakeholders
Pasan a primer plano la escucha activa, la co-creación, la omnicanalidad y la movilidad. Y aumenta, por tanto, la complejidad.
8. La transformación digital no se basa en herramientas
De nada sirve un potente CRM o una gran intranet si no se pone foco real en el cliente, si el trabajo interno no es colaborativo, si no hay equipos transversales. No se trata de adquirir la última tecnología ni la más moderna.
9. La captura y el procesamiento de la información digital se hacen fundamentales para la toma de decisiones
La hiper-conectividad, el Internet de las cosas, genera ingentes cantidades de datos que deben ser analizados: el big data gana cada vez más protagonismo. El dato como facilitador de resultados.
10. La resistencia al cambio es el mayor enemigo de la transformación digital
Pero no sólo porque entra en beligerancia con el proceso en sí, principalmente porque la transformación digital implica un cambio cultural radical en las organizaciones.
Y tú, ¿qué opinas?
Foto: FreeDigitalPhotos
1 Comentario
Mientras la empresa no sea consciente de que la digitalización no es algo del futuro sino una realidad en la que tendrán que compartir información para mejorar la eficiencia de la empresa, no se producirá la Transformación Digital. Depende de un proceso de aprendizaje en el que todos, empresarios, trabajadores y clientes estamos abocados a asumir. Aunque cada vez son menos los que se resisten.